
El último puente que pudimos escaparnos lo hicimos a Asturias, y nos alojamos en una casa rural (La Fragua del Canajal) donde el entorno es muy agradable, la tranquilidad mucha y donde se come estupendamente (punto muy importante). Las habitaciones son muy coquetas y cuentan con wi-fi (para quienes lo necesiten, punto a favor).
Está situada en un valle, cerca de la playa (unos 4 km) y desde la habitación podíamos ver a un grupo de milanos todas las mañanas. La zona es muy tranquila, algo que se agradece, y desde aquí se pueden hacer paseos, excursiones... o no hacer nada, que también apetece de vez en cuando.
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