6 nov 2008

Miquel Barceló pinta su idea del mundo en la sede de la ONU en Ginebra (segunda parte: el techo se está despegando)





Miquel Barceló, el artista mallorquín, ha empleado 35.000 kilos de pintura en los mil cuatrocientos metros de superficie de la cúpula de la Sala de los Derechos Humanos de la ONU de Ginebra. Más de nueve meses ha invertido para crear un planeta, un mar, una cueva. De arriba cuelgan cientos de estalactitas de hasta dos metros de altura, mientras una gigantesca corriente marina desplaza siete olas en dirección Sur-Norte, África-Europa, y 26 colores estallan abriéndose a varias miradas y lecturas, de la prehistoria a la carrera espacial.

"Es una cueva que se mueve y un mar que también se está moviendo", explica Barceló (Felanitx, 1957). "La cueva es una metáfora del ágora, el primer sitio de reunión del hombre, el gran árbol africano donde sentarse a hablar, y el único futuro posible: diálogo, derechos humanos. El mar es el pasado, origen de las especies, y la promesa de un futuro nuevo: la emigración, el viaje... Me gusta esa polimetáfora, y creo que es posible que el futuro sea así: una cueva y el mar".

Espectacular.

- Fotogalería en El País.
- Reportaje en el mismo diario.

Tras ver la obra de Barceló, el 5 de diceimbre leo que se estaba desmoronando:
La cúpula de Barceló se vio envuelta en la polémica desde el primer momento: nada menos que 20 millones de euros se habían invertido en ella, de los que ocho procedían de los contribuyentes y cinco de los fondos destinados a ayudar a los países pobres.
Este modo de financiarlo me pareece muy mal. Si no hay fondos, la obra no se hace. Otra manera es buscar mecenas privados, que tampoco es tan difícil.

A pesar de esta estratosférica cantidad, esta semana el periodista argentino Juan Gasparini reveló en La Tribuna de los Derechos Humanos –publicación que se edita en Ginebra– que la cúpula de Miquel Barceló se estaba desmoronando. Es más, "la ONU intenta evitar que el asunto se divulgue", afirmaba Gasparini. Para ello, relataba el periodista argentino, "las puertas con cristales de la sala XX del Palacio de las Naciones han sido recubiertas y se ha prohibido la entrada".

Foto del interior:

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Te quiero, Pi